Kobido: el arte ancestral que despierta tu rostro y calma tu interior
Si has llegado hasta aquí es porque algo dentro de ti busca un cuidado más profundo: un ritual que no solo toque tu piel, sino que reconecte tus sentidos con tu esencia.
Para mí, el Kobido es eso: un antiguo camino de belleza que fluye entre el tacto, la energía y la presencia.
¿Qué es el Kobido?
El Kobido es un masaje facial japonés que deriva de tradiciones milenarias, concebido como un lifting natural sin bisturí.
Nacido de la fusión de técnicas del Anma y de la medicina oriental, combina movimientos lentos y rápidos, digitopresión, drenaje y manipulación muscular para trabajar en profundidad sin perder suavidad.
En Japón, el Kobido se reservaba a la nobleza como un arte que conectaba belleza, salud y longevidad. Hoy, se ha extendido al mundo occidental como un ritual que libera tensiones, estimula la circulación y despierta la luz interior del rostro.
Beneficios visibles y sentidos
Relaja la musculatura facial → cada gesto va al origen de lo que inconscientemente tensas.
Mejora la circulación sanguínea y linfática, favoreciendo oxigenación celular y drenaje de toxinas.
Estimula la producción natural de colágeno y elastina, tonificando el óvalo facial.
Suaviza líneas de expresión y ayuda a aliviar tensiones acumuladas en rostro, mandíbula o cuello.
Promueve una luminosidad natural, esa piel que parece “despertar” desde dentro.
Libera el estrés y aporta calma interior.
Cómo se desarrolla un ritual de Kobido conmigo
Cada sesión es un viaje único y personalizado, nunca un protocolo rígido.
Inicio cálido: preparo la piel con toallas calientes que despiertan el rostro y abren paso a la relajación.
Trabajo profundo y sensorial: alterno maniobras lentas y rápidas, suaves y firmes, integrando técnicas de digitopresión y, en ocasiones, movimientos intrabucales para liberar tensiones internas.
Cierre vibracional: aplico el diapasón OM, que armoniza y devuelve equilibrio al sistema nervioso.
En todo momento utilizo productos frescos, veganos y sostenibles, cuidando tu piel y también la naturaleza que la rodea.
¿Para quién es el Kobido?
Este ritual es ideal para quienes desean:
Recuperar luminosidad y firmeza sin intervenciones invasivas.
Suavizar arrugas y prevenir el envejecimiento de manera natural.
Aliviar tensiones en rostro, mandíbula o cuello.
Vivir una experiencia sensorial que calme cuerpo y mente.
No está indicado en casos de heridas recientes, infecciones activas, piel con sarpullidos o acné severo. Tampoco es recomendable durante embarazo, cáncer activo o problemas cardíacos. Si has tenido lesiones en cuello o hernia de disco, es importante consultar primero con un médico.
Además, para proteger la piel, no se recomienda combinar Kobido con tratamientos como botox o electrólisis.
¿Cuándo notarás cambios?
Muchas personas sienten su piel más luminosa y su rostro más ligero desde la primera sesión.
Con regularidad (1 sesión semanal o quincenal, según necesidad), los resultados se intensifican:
Piel más firme y equilibrada.
Óvalo facial tonificado.
Una sensación general de calma y bienestar.
Diferencia con el masaje intrabucal o de bruxismo
Aunque el Kobido también ayuda a suavizar tensiones mandibulares, su objetivo principal es estético y holístico: rejuvenecer, reafirmar y relajar.
El masaje intrabucal o de bruxismo, en cambio, se centra en la musculatura profunda de la mandíbula y el cuello, indicado específicamente para aliviar bruxismo, vértigos, rigidez cervical o dolor intenso en la articulación temporomandibular.
Lejos de excluirse, ambos se complementan: el Kobido despierta la belleza visible y aporta calma global; el intrabucal libera la raíz de las tensiones más profundas.
Un ritual de reconexión interior
El Kobido es más que un masaje: es una pausa consciente, un momento para dejar que tu rostro respire, que tu mente se calme y que tu esencia se ilumine desde dentro.
Tu piel florece, tu expresión se suaviza, tu interior descansa.
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